El entrenador albinegro Juan Ignacio regala el partido a un Celta de Vigo, que con un mínimo de dos dedos de frente, consigue dominar el encuentro tras plantear en la segunda mitad una táctica de superioridad numérica en el centro del campo.
El partido comenzó muy bien para el Cartagena. Pues en el primer minuto vería como se le anulaba un gol por fuera de juego (justo pero anulado correctamente), y poco después Toché fallaba estrepitosamente tras quedarse sinsaber qué hacer con el balón solo frente al debutante portero gallego.
Pero cuando perdonas, los jarros de agua fría le caen a uno mismo; y el primer error defensivo del Efesé lo aprovecharía Trashorras para disparar con fuerza a la portería de Rubén y lograr el 1-0. A partir de entonces, el Cartagena jugaría más replegado y el Celta más agusto creando mejores ocasiones.
Pero Juan Ignacio entonces creyó que todos los días son fiesta, y decidió seguir la misma táctica que con el Cádiz: encomendarse a la suerte de marcar un golito pronto en la segunda parte con la salida de "Supervictor". Sin embargo se equivocó en el primer cambio. Moreno salió del terreno de juego (que alguien me explique qué hizo Balboa que no hizo él) para dar entrada a Victor. Y el equipo apenas notó un leve arranque más de ofensividad.
Antes del segundo cambio albinegro, el entrenador vigués dio entrada a un hombre más de centro de campo (para tener el dominio del balón). Y tras 20 minutos de desesperación en los que el Celta consiguió un parcial de nueve córners a cero, Juan Ignacio tuvo la feliz idea de retirar a Balboa (¡¡por fin!!) y dar entrada a Tato (que sin jugadores en el centro del campo que robaran balones, poco iba a poder hacer).
Y efectivamente, el Celta siguió igual, creando ocasiones de peligro, sacando córners uno detrás de otro, y jugando más tranquilo que nadie en el mundo.
Era de risa ver el centro del campo: cuatro centrocampistas del Celta se enfrentaban a Longás y Mariano Sánchez. ¿Quién iba a ganar?.
Al final, y en lugar de intentar solucionar a falta de cinco minutos el desaguisado, Juan Ignacio todavía patinó más. Sacó a Clavero para dar entrada a Signorino. ¿Pará qué? ¿Porque Signorino es más ofensivo vas a tener mayor posesión de balón?.
Ridícula la estrategia de Juan Ignacio, que a falta de 2 minutos todavía tuvo la poca vergüenza de indignarse porque los recogepelotas no daban balones para sacar de banda.
Vergonzosa actuación de Juan Igancio, que condena al Cartagena a perder en Balaidos, con una estrategia carente de sentido común.