Dos despistes condenan al Efesé


Muy bien asentado sobre el terreno de juego estaba el Cartagena, cuando una desafortunada caida le produce a Cygan un movimiento extraño en su rodilla que le impide seguir jugando. Esta jugada marcó el partido, ya que tan sólo se habían disputado cuatro minutos.
Chus Herrero fue su recambio, pero el central, que andaba muy frío debido al poco tiempo que tuvo de calentar salió al terreno de juego dubitativo, y en una jugada clara de despeje haciala banda, intentó controlar perdiendo el balón y propiciando el primer gol numantino obra de Iñigo Vélez.
Desde este momento, el Numancia (que no había sido superior al Cartagena) tomó el mando del partido.
El Cartagena lo intentaba con ocasiones aisladas, ya que el centro del campo lo solía controlar más el Numancia que el Efesé, aunque Mariano, y sobre todo Longás, trataron de echarse el equipo a sus espaldas.
Con esta tónica, Iñigo Vélez se volvió a aprovechar de una nueva indecisión en el saque de una falta consiguiendo un angustioso 2-0. A pesar de que lo mejor habría sido irse al descanso acortando las distancias, lo cierto era que el equipo necesitaba como el comer reordenar sus ideas tácticas. Pero mientras otras tantas veces Juan Ignacio ha acertado con sus decisiones, en la fría tarde-noche soriana no fue así.
El primer error fue retirar a Tonino por Tato, que a día de hoy no está en forma para disputar minutos, el segundo error fue no arriesgar intantando controlar el centro del campo mandando a Mariano a la defensa mientras el Numancia atacase, y retirando a un desafortunado Chus Herrero para darle salida a Héctor, que está en mejor forma que Falcón. Sin embargo Juan Ignacio optó por hacer un cambio sin connotación táctica: De Lucas por Quintero.
Con los cambios agotados, el Cartagena intentó hacerse con el control del balón sin fortuna para desesperación de Longás que lo dio todo. Al final, a falta de un minuto paraque finalizase en tiempo reglamentario, Toché conseguía recortar distancias. Pero  el Numancia no arriesgó, y se dedicó a perder tiempo forzando córners y jugadas en las que el balón saliese fuera.